Acerca de...

Consideraciones previas

Aunque público, este es un espacio muy personal, y cualquiera, al acceder a él, debería saber que es como si entrara en un hogar donde hallará habitaciones muy íntimas (los poemas) y habitaciones de uso más familiar o común (las entradas donde expongo mis impresiones e inquietudes), pero, en todo caso, compartimentos que mantienen un carácter particular y doméstico o que merece esa consideración. No obstante, quien no se contente con entrar y ver lo que aquí se muestra y desee participar con sus comentarios, sepa que yo lo valoro como una ocasión para el mutuo enriquecimiento, de manera que, a priori, todo el mundo es bien recibido y tiene derecho a opinar, aunque su evaluación diste de ser positiva o elogiosa. Estoy convencido de que la crítica o la discrepancia, cuando se ejercen de manera constructiva, tienen un efecto dinamizador y colaboran a un mejor discernimiento de la realidad; sin contar con que, en el peor de los casos, no creo que nadie vaya a ser más implacable crítico, en relación a mis escritos, de lo que en ocasiones lo pueda ser yo mismo. Así pues, cualquier comentario que contenga visos de haber sido redactado con convicción y honestidad contará con todos mis respetos y mi agradecimiento.

Propósito y contenidos

Mi relación —que habría que calificar de trato íntimo y convivencia— con la poesía se remonta ya a varios lustros: años de continuo aprendizaje y apasionada experiencia que han dado como resultado un número no muy abultado de poemas y una cantidad considerable de ideas y reflexiones en torno a este arte que han ido afirmándose paulatinamente y haciéndose consustanciales en mi espíritu, las cuales conforman un corpus —en realidad, un todo bastante difuso—, mezcla de intuición y raciocinio, al que me propongo dar material apariencia y expresión definida. Entiéndase esto último como una simple declaración de intenciones, pues, como bien dice el refrán, «del dicho al hecho va mucho trecho» y, aunque me embarco en el proyecto con optimismo, no se me escapan las dificultades e inconvenientes de llevar a cabo semejante empresa. La primera dificultad radica en la complejidad y sutileza de lo que quiero expresar y en si tendré la inspiración y el ingenio suficientes para poner en términos claramente inteligibles los conceptos e intuiciones que bullen por mi mente en franco desorden y anarquía. Obstáculos nada desdeñables pueden ser la pereza y la falta de tiempo, pues, dedicar un esfuerzo considerable y andar robando de lo suyo al escaso tiempo para escribir algo que probablemente no le interese a nadie —o que incluso, a efectos estadísticos, no lea nadie—, se me antoja, cuando menos, poco práctico. Sin embargo, intentaré superar esta última objeción planteándome que lo hago por mi propio gusto, por el mero placer de escribirlo y como un ejercicio para concretar y poner en orden mis ideas.

Como poeta, me baso en la experiencia o, por decirlo de otro modo, el producto de mi inspiración describe siempre una experiencia o se deriva de ella. En este sentido, la fecha de redacción de los poemas resulta muy significativa porque delimita en el tiempo aquello que refiere o a lo que alude cada poema. Por este motivo, aparte de ir fechados, según vayan siendo publicados, procederé a ordenar los poemas cronológicamente en una página específica con el fin de permitir su seguimiento como si fueran las páginas de un diario, muy íntimo y lírico, aunque, por su propia condición, necesariamente fragmentario y desestructurado.

De todo lo dicho, para finalizar, fácilmente podría deducirse que poesía, amor y vida son para mí tres conceptos que coexisten entrelazados, a menudo se confunden, se dan mutuo sentido y se complementan, de tal modo que me atrevería a añadir, como colofón a esta especie de declaración de principios e intenciones, una breve frase, casi un axioma, que en alguna medida define cuál es mi planteamiento vital a este respecto:

«Sin amor no hay poesía, sólo hay poesía donde hay vida y sólo hay vida donde hay amor».

0 comentarios: