miércoles, 15 de mayo de 2024

Poema LXXXIV

...sino por una avecilla
que me cantaba al albor.
(Anónimo, Romance del prisionero)





La última flor de la pasiflora.
Quién me iba a decir,
entre la exuberante profusión
de capullos, vástagos y renuevos
que surgían, con ímpetu
primaveral, excediendo el límite
de la cerca, augurando un progresivo
e inminente estallido
de belleza; que esa flor señera,
la única flor de la pasiflora,
la primeriza, sería la última;
la más temprana, la última flor.

La leve ilusión, la emoción ligera,
pero muy viva, con que acerté a verla
entre la verde y pujante espesura
me recuerda cuán frágil, cuán efímera
fue mi expectativa, y qué fugaz es
la belleza, no ya la de por sí
breve hermosura de todas las flores,
cuya existencia —la de cada una
en particular— no puede ser larga,
sino la belleza latente en todo
cuanto vive y alienta.

Tras una espera confiada y tranquila,
salvados ya el otoño y el invierno,
nada hacía presagiar que la flor
primera que me ofrecía, obsequiosa,
la pasiflora sería la única
que alcanzaría a ver; que no vería
el verdor de sus hojas nunca más,
ni ninguna flor hermana; que tuve
el privilegio de ver una flor
primeriza, acaso la más temprana,
con la nostalgia —el encanto— de ser,
tal vez en mi recuerdo para siempre,
la última flor de la pasiflora.



28 de abril-24 de mayo de 2024

miércoles, 1 de noviembre de 2023

Poema XXVI

PRELUDIO







En la noche solitaria un violín llora un son agudo y profundo. Desgarrado y melancólico, el violín vierte un lamento profundo en el duelo silencioso de una noche revestida del misterio indescifrable y espantoso de un horror hondamente presentido. Su lamento se repite y reconforta corazones encogidos por la pena y el dolor. Los compases arrancados uno a uno por el arco infatigable traspasado de pesar, uno a uno se repiten en la noche silenciosa como un llanto melancólico y profundo, tan agudo y desgarrado que hasta el cielo entristecido se ha deshecho en una lluvia que es llorar.

Noche cerrada. De la nada surgido entre las sombras parece el lamento agudo, profundo y desgarrado que repite infatigable un violín.


Llueve, muy menudo,
sobre la tierra.

la Tierra.




1989? 1990?

lunes, 20 de marzo de 2023

Poema XXXVI

A Belén, por sus hijos, especialmente la pequeña Belén.





En el piso superior
hoy hay un nuevo alboroto:

¡un pilluelo nietecillo
corre y trota como él solo!


Un niño que juega. Vitalidad
que descorre los visillos graves
que nos impiden ver
una luz distinta y la esperanza
—íntegra aún y preservada—,
la ausencia de malicia y sensatez,
que hay en el orbe,
el orbe claro en donde teje
sus ilusiones
el alma cándida de los niños.

Ruidos.
Inevitables en esta humana
comunidad.
Rumores cotidianos.
Tráfico en las calles...
Voces, gritos, golpes...;
máquinas y electrodomésticos...

Son los rumores cotidianos.
Muy variados.
Pulso audible del vasto cuerpo
de la ciudad.

Es la vida que discurre
sin pararse a preguntar.

La no vida es más discreta:
absoluto es su silencio.

Cualidad es de la vida
el movimiento.

(¿Es la vida algo más
que movimiento?)

Vibración es el sonido:
es movimiento.

Es por tanto el ruido acompañante
vinculado al movimiento
que es la vida
en la ciudad.



No más pido que en mi ánimo,
de entre todos los ruidos
y rumores circunstantes,
aquel que tiene su origen
en el juego de los niños
—ellos siempre juegan—
no moleste.



2 de Abril de 1992

miércoles, 16 de marzo de 2022

Poema XIV







Clava en tu pecho un puñal,
hecha sal sobre la herida,
se ríe de tu dolor,
¿y aún suspiras?

¡Oh cruel condición
del amor y su misterio!

Roba tu eterna sonrisa,
hace pedazos tu alhaja,
arrasa en llanto tus ojos,
¡y aún le amas!



24 de Enero de 1988

miércoles, 23 de febrero de 2022

Poema XLIII

Si las estaciones se suceden,
al oscuro sufrimiento y frío
le sigue brillante un despertar,
gozo y percepción de los sentidos,
madurar alegre en ese estado
donde mirar
es siempre agradecido.

Ilusión que es un bien tan real
como fruto jugoso y maduro,
de la fuente el fluir permanente
o del Sol surgimiento oportuno;
plenitud que sacia sin empacho,
inmarcesible
riqueza, caudal siempre seguro.

Crece el gusto opreso en la belleza,
y esta en cárcel transitoria vive.

Poder servirla
es ansia que libera.



6 de Noviembre de 1996

domingo, 16 de enero de 2022

Poema XXV

TRISTE







En aquella ventana
reclinada se está.

En aquella ventana
una niña morena
de carita rellena.
Sus ojillos de pena
no parecen mirar.

En aquella ventana
reclinada se está.

Tiene fijos los ojos.
Con su pena en los ojos
está inmóvil.
Sus ojos
no parecen mirar.

En aquella ventana
tras el limpio cristal.



1989? 1990?