domingo, 17 de julio de 2016

El derecho a la eutanasia

Hace pocos días, mientras divagaba en torno a la condición «ilusionada» de la vida humana, no podía ni por asomo imaginar que mis afirmaciones eran «una justificación estupenda para la implantación del derecho a la eutanasia».

domingo, 1 de mayo de 2016

Poema XXXVII

ELEGÍA A LA MUERTE DE UN SUBALTERNO, ACAECIDA EL DÍA 1º DE MAYO —FESTIVIDAD DE TODOS LOS TRABAJADORES— EN LA REAL PLAZA DE LA MAESTRANZA DE SEVILLA







Con el corazón partido
«como un libro
abierto».



Dicen que entró
con el corazón partido,
sin aliento, yerto,
por el asta fina
de un gran toro
negro.


Digo que dejó esta vida
bajo un Sol tan pleno,
que en la tarde clara
coruscante un cielo
oscuro el tono
de su terno de torero
repintó dorado,
esplendente, nuevo,
en las mentes —ojos
que retienen crédulos
la verdad que vence
sobre el ruedo
cuando cruzan resplandores
gloria y cielo—.






(Le vi subir así,
la gravedad venciendo,
con el pitón fundido
en el costado
incierto. Sus cabellos
traslucir
soleado un
acento
de crispada sacudida.
Y vi —crítico instante—
viva
su lengua salir
del afilado encuentro
como queriendo huir,
del enraizado centro
no
pudiéndose evadir.)



Este toro fue lidiado,
y el siguiente en el festejo;
en la tarde de este modo
ambas suertes se fundieron:

idéntico tributo,
hombre y bruto,
noble y diestro,
se rindieron.

Al filtrarse la noticia
han cesado los toreros.

En las gradas la quietud
se hace cargo del suceso.

Poco a poco la evidencia
planta un trono de silencio...





OVACIÓN ÚLTIMA

El clarín plañó
con su son postrero

Su lamento agudo
penetró el silencio

El clarín torero
penetró el silencio

Pocos compases

Sólo el clarín


Ya

Las palmas suenan

Callan los labios

Las palmas suenan

Todo el mundo en pie

Las palmas suenan

Amortiguadas suenan

La plaza en pie

Y un palomar revuela

Un palomar se riza

En la plaza

Las palmas suenan



Amortiguadas



1 de Mayo de 1992


  1. Me parece oportuno aclarar que en absoluto soy una persona aficionada a los toros, ni tampoco antitaurina. El poema fue escrito casualmente y como consecuencia de la intensa conmoción que me produjo presenciar la sobrecogedora escena que en él se describe, con la verificación de su fatal desenlace, por televisión. Creo recordar que mi padre estaba viendo la corrida y yo me hallaba haciéndole compañía frente a la pantalla cuando fui testigo —crudamente y sin previo aviso, como suele ocurrir en tales ocasiones— del trágico suceso.
  2. Desde el instante mismo de su gestación, en mí ha prevalecido la voluntad de no mencionar de manera explícita en el poema a la persona que perdió la vida aquel primero de Mayo, pero no me importa apuntar aquí, en nota aparte, que dicha persona, a quien en cierto sentido y de manera indudable rindo homenaje, era conocido en el ámbito taurino como Manolo Montoliú.
  3. Con una calidad que deja bastante que desear, dejo aquí un fragmento de la transmisión efectuada por la 2 de Televisión Española donde se aprecia el momento crucial de la cogida: Vídeo de la cogida.
  4. Y, por último, una instantánea que capta a la perfección (valga la redundancia) el «crítico instante»

lunes, 21 de marzo de 2016

Poema LXV

A Miriam






Perro puedo ser airado y rabioso
ladrando al sol, a solas, o a la luna;
lamiendo mis heridas una a una,
ser el can más doliente y más quejoso;

mas no has de ver mi estado lastimoso,
ni oír palabra enojosa, ni importuna
protesta de mis labios, ni ninguna
prueba más de que al cabo estoy celoso.

Mi amor —que es orgulloso, pero humano—
condena tu desvío y pone en mí
la culpa por no haberte pretendido;

atento a la verdad, ha enmudecido:
no puede reclamarte para sí
ni como el perro ser del hortelano.



1 de Diciembre de 2006

viernes, 11 de marzo de 2016

Vivir sin ilusión

La vida, como fenómeno biológico y desde un punto de vista estrictamente científico, se manifiesta de forma muy variada sin que para su nacimiento y desarrollo suponga ningún impedimento la falta de ilusión.

domingo, 31 de enero de 2016

Poema LXVI

BELLA IMAGEN

¡Qué inmensa gratitud a quien nos hace sentir así, vivir así, querer así!
(Pedro Salinas, Cartas a Katherine Whitmore)





Lo mejor que tú me has dado
no es materia.

Vive sólo en el recuerdo.

Y no, no es materia...
ni siquiera en el recuerdo.

¿Es delirio o fantasía,
espejismo que el deseo
origina y al cual
la imaginación da forma?

Pero ¿acaso tiene forma?

No, lo más hermoso que me has dado
—verdad o quimera—
carece de forma,
es una imagen sin forma
—visión, intuición—
que en mi memoria persiste.

Diversas imágenes
más o menos claras y precisas,
actitudes, hechos, circunstancias
recordadas o vividas,
cifra son, reflejo o consecuencia,
reconocible e indirecta
expresión,
vaga seña o muestra ambigua
de aquello, lo más valioso
que, siendo sueño o realidad
vívida, esperanza cierta
o imposible anhelo,
tú me has dado.

Abrazos, besos, caricias;
una dulce intimidad;
la unión de los cuerpos placentera;
¿cuánto valen y qué son
sin algo así, tan precioso,
como aquello que aún perdura
—victoria sobre el tiempo—
en mi mente como imagen?

Que la sociedad sanciona
estrechos lazos; continua
o intensa o tranquila convivencia;
promesas y juramentos,
propósitos, lealtades,
compromisos,
¿cómo pueden, en el corazón
del largo invierno, garantizar
que aquello, lo más hermoso,
—claridad visible o inapreciable,
palpitante promesa primaveral—
permanece
del secreto en la guarida?

Cuando todo se lo lleva el gran tirano,
si de una vez no, muy poco a poco;
si completamente nadie
ajeno hay al fingimiento,
y mismas las cosas a menudo
mienten su apariencia;
si es la vida impredecible
e incesante devenir,
si todo es mudanza,
¿cómo ver o confirmar
la amada presencia?,
¿cómo saber que sigue allí,
en su centro y hogar, en su sagrado
aposento, en su morada
—segura, por fortuna, inviolable—,
si no es en un acto de fe pura,
principio del bien amar?

¡Qué belleza y qué ironía
que una imagen, idea sin forma,
en la caverna sombra sin cuerpo,
fino destello o rayo de luna,
de todo cuanto en el mundo existe
sea lo único que nos permita,
siquiera un instante, constatar
que aún la esperanza es posible
y que no es verdad que estemos tan solos!

Bella imagen, tiene hermosos
mensajeros —de tu voluntad
clave— que como aves vuelan
vulnerando del tiempo y el espacio
ley estricta; ligeros y leves,
del sutil correo portadores,
vuelven, una y otra vez,
hasta la imaginación
que crea o evoca
a traerme aquello, tan valioso
—lo mejor que tú me has dado—,
que no es materia, que vive
en el recuerdo, verdad
o quimera, sueño
o realidad, promesa
y esperanza o fantasía
y delirio, aquello,
lo más caro que me diste,
con discreta gentileza,
por la estafeta del viento.



Enero de 2008