jueves, 26 de julio de 2012

Poema LXXII

Después de tanto amarte, aborrecerte;
al fin de tanta espera, no esperarte;
tras tanto querer verte en cualquier parte
hacer cuanto es preciso por no verte.

No ver en mi infortunio mala suerte,
pensar que fue por dicha no lograrte,
tener el alma puesta en olvidarte
y el norte haber perdido de quererte.

No es sólo por tus tachas o defectos,
continuo tu desdén no es suficiente
ni son de tus tormentas los efectos:

también sabe nadar contra corriente
mi amor; aunque, para extinguir sus llamas,
le baste con saber que no me amas.



11–25 de Julio de 2012

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