Mi esfuerzo todo sé que ha de ser vano:
nada escapa al zarpazo de la muerte:
esquivarla es capricho de la suerte
que te deja más tarde o más temprano.
Morirá cuanto salga de mi mano;
un día yacerá la Tierra inerte,
y ni el vasto Universo será fuerte
a resistir su empuje soberano.
Por más que la guardaseis como a esencia
no quedará de mí ni la memoria.
Subsisto, pese a todo, y no derramo
ni una gota del don de mi existencia
—cualquier otra razón es accesoria—
mientras procuro aquello que más amo.
30 de Noviembre de 1998