DISTANCIA
No es ilusión, tal vez, pensarte
atravesando el mar
o en un lugar apartado,
hospitalario y remoto, a muchos
cientos, acaso miles de kilómetros.
Toda la dicha consistiría entonces
en saber o imaginar que tú me piensas
igual que yo te estoy pensando.
Que a un tiempo ambos percibimos
la misma música recóndita;
la inaudible,
no la que escuchan todos
vibración del aire en movimiento,
dulce y placentera, pero pobre
como único recurso
para compartir el mismo espacio,
aunque la ofreciera
la misma Euterpe
o un nuevo Orfeo reencarnado.
No hay música capaz de reemplazar
a aquella música.
Ni existe nada que distanciar pueda
a dos que en el secreto de sí mismos
se están al unísono pensando.
Noviembre de 2001
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